martes, 21 de mayo de 2013

¿para qué sirve la ética?

Adela Cortina nos da algunas pistas. Los ciudadanos anónimos también



miércoles, 8 de mayo de 2013

El club de lectura del final de tu vida


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Nuestro club de lectura empezó formalmente con un café moca y una de las preguntas más despreocupadas que pueden plantearse dos personas: «¿Qué estás leyendo?».
 


Aquí yacen dragones



DIAGNÓSTICO

Entiendo cómo se siente, la angustia que quizá ahora, en los primeros minutos, sepa controlar pero que a buen seguro se hará con usted, con su cabeza y acaso rompa la tranquilidad de su hogar, de los suyos. No es fácil. No es fácil, con esa información en la mano, ser el que fue hasta ahora: salir a la calle, enfrentar la rutina, los bares de siempre, los mismos bancos, los saludos. No es fácil compartirla con sus seres queridos. Imagino sin dificultad cómo se sentirá su esposa cuando se lo diga; busque el momento, la manera. He consultado con colegas, prestigiosos doctores que no han podido sino confirmar mi dictamen. No hay medicación, tratamiento o prescripción que pueda cambiar el desenlace. Del mismo modo sé que no hay palabras que yo pueda pronunciar ahora que vayan a hacerle sentirse mejor. No hay fórmulas. Sólo puedo recomendarle que busque la proximidad de los suyos como el soldado herido en combate busca a sus compañeros en la niebla. Que se rodee de aquellos que le quieren, que les quiera, que se lo diga tantas veces como sienta necesidad de hacerlo. No tema a las palabras: son pequeños milagros y como tales obran, si acertamos a articularlas en el momento exacto, no siempre es fácil. Elimine lo superfluo, dedique el tiempo a aquello que realmente merece la pena: sea egoísta. Piense en usted. Y no tome decisiones. No las tome ahora, concédase un tiempo. No es fácil escuchar un diagnóstico así, no hay estudios, ni viajes realizados, ni consejos que te preparen para escucharlo. No nos preparan. Nos preparan para estudiar, para tener hijos, nos preparan para trabajar aquí o allá, para amar y para olvidar después. Pero a la luz de los síntomas que nos ha referido en sus visitas del doce del dos y del quince del tres, realizadas cuantas pruebas se han considerado necesarias, y a tenor de los resultados de las citadas pruebas, análisis, punciones, radiografías y biopsias, me veo en la difícil obligación de comunicarle que le queda a usted toda la vida por delante

De Fernando León de Aranoa, en su libro Aquí yacen dragones

miércoles, 1 de mayo de 2013

TENSIÓN ÉTICA: SOBRE HUELGAS Y BARRICADAS

Huelga Médicos 1971 - H[1]-1. La Paz

LA VOZ DEL HULP

Querido Javier:.
Me comentan desde el Instituto, en Detroit (Michigan) que ni siquiera te has dignado a ponerte en contacto con nosotros en relación con el curso de Autodesarrollo que tan desinteresadamente te ofrecí la semana pasada. Pasa con frecuencia, quien más lo necesita es quien menos lo demanda. Ya sabes que la ceguera no afecta solo al sentido de la vista, sino también al sentidocomún. Aunque suele ocurrir, no por ello dejas de decepcionarme..
Terminaba mi última carta preguntándote si nos estabas llamando a la desobediencia civil y veo que, al final, a lo que has llamado es a una nueva huelga sanitaria a partir del 7 de mayo. Javier, si lo que pretendes es resolver el conflicto sanitario ¿no deberías ser menos provocador? Fíjate, te refieres a los ciudadanos y tus profesionales sanitarios que se manifiestan en la Marea Blanca como “los de las barricadas y las movilizaciones…”. Puede ser que ya te conozcan a ti y a tu lenguaje propagandístico, pero no cometas el error de creer que son imbéciles. Por mucho que pretendas asociar el término “barricadas” a resistencia violenta, te equivocas con ellos. Obviamente, la posición de un segmento muy importante de la sociedad madrileña, entre los que se encuentran muchos votantes de tu partido, es de abierta resistencia a la agresión a valores centrales que supone tu intento de privatización. Se resisten. Y hacen bien. Y ponen “barricadas” a tu falta de escucha indignante por medio de la palabra, la reflexión, el debate, las marchas, las urnas, la imaginación¿También te parece una barricada la representación del fusilamiento de la Sanidad Pública el próximo dos de mayo en el Museo del Prado? A mí me parece un magnífico ejemplo de Sociedad Civil…¡Benditas barricadas!.
En el fondo es que ni te acercas a entender lo que es un profesional sanitario. En la actualidad, un profesional sanitario moderno, de los tuyos, posee cuanto menos una identidad compleja que tiene, como poco, cuatro dimensiones y de cada una de las cuales se derivan exigencias éticas. En primer lugar, contiene una dimensión profesional de compromiso individual con sus pacientes concretos, vamos lo de toda la vida, el sentido último de la profesión. En segundo lugar, de forma más reciente, la dimensión de trabajador, con sus derechos laborales. En tercer lugar, un compromiso profesional social con la protección de la salud colectiva y la eliminación de las desigualdades en salud. A tus profesionales les importa que haya un acceso adecuado y justo al sistema, una perspectiva familiar y comunitaria en la atención primaria, etc., etc. Y, por último, -y esto a ti se te escapa y te sorprende enormemente- tiene obligaciones como ciudadano en la defensa de una sociedad justa y democrática. Ser un buen profesional sanitario implica hoy en día mantener una adecuada tensión ética en esas cuatro identidades...
Si repasas la historia, como hubiéramos hecho en el primer módulo del curso, revisando el pasado, te darías cuenta que el fenómeno de la huelga sanitaria -la huelga médica, más concretamente- es un fenómeno reciente, de a partir de la segunda mitad del siglo pasado. Fíjate qué paradojas… Una de las primeras huelgas médicas de las que tenemos noticia se produjo por la resistencia de los médicos a la expansión del Estado de Bienestar mediante la creación de servicios sanitarios públicos con la implantación de un seguro médico universal. Los médicos defendían los clásicos modelos privados de ejercicio profesional liberal. Esto ocurrió en 1962, en la provincia canadiense de Saskatchewan. Aquellos médicos pensaban que el proyecto amenazaba su identidad más clásica, la del contrato moral -y legal- privado del médico con un paciente individual en orden a proteger y cuidar su salud. Vamos que, de haber sido tú médico en el Canadá de los sesenta, te veía portando la pancarta. Afortunadamente fracasaron en su intento y el modelo de cobertura pública (para todos) y el modelo privado (para quien quisiera y pudiera pagárselo) pudieron coexistir atendiendo a ese paciente individual, lo mismo que ocurrió en la Europa de después de la II Guerra Mundial, cuando iban emergiendo los Estados de Bienestar. Ahora bien, con ello, se abrió la puerta a otra de las identidades comentadas, la del médico como trabajador asalariado. En España, a pesar de las dificultades de la época, la dictadura del general Franco, los médicos fueron punta de lanza contra el régimen. Esos barbudos sentados en las escaleras de tu querido HULP, eran médicos en formación del recién estrenado MIR y se pusieron en huelga reclamando su derecho a recibir una mejor formación. Eran tiempos difíciles, pues las protestas se reprimían con dureza, pero decidieron reivindicar sus derechos mediante una huelga (la de la foto). Y consiguieron lo que reclamaban. Por cierto, esta fue una huelga muy bien valorada por el resto de ciudadanos, que veía en ellos un ejemplo de Sociedad Civil..
Vinieron después unos años de cierta tranquilidad, pero la cosa se complicó a partir de la crisis del petróleo de 1973 y de la aparición de Ronald Reagan en mi country y tu adorada Maggy Thatcher  en el entorno europeo.  Los profesionales sanitarios, ya muy laboralizados, empezaron a ir a la huelga en países de la Commonwealth bajo la órbita del thatcherismo (Reino Unido, Nueva Zelanda, Sudáfrica…) o en países afines como Israel. Las reivindicaciones eran básicamente laborales: salarios, despidos, carga de trabajo y horario laboral. En España a donde, según me cuentan mis amigos todo llegaba con 10 años de diferencia, le correspondió la huelga de médicos del INSALUD de mayo de 1995. Esta huelga, no secundada por la enfermería, fue liderada por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) con el apoyo de la Organización Médica Colegial.  Esta huelga estaba planteada desde la segunda dimensión, la del médico como trabajador, de ahí el liderazgo sindical..
También conviene saber que en España, durante el último medio siglo y a partir de la construcción del sistema sanitario público, de la implantación de la Atención Primaria y Comunitaria, de la formación MIR y de otras variables que no da tiempo a contar, se ha ido produciendo una cierta transformación del perfil profesional clásico en uno nuevo, añadiendo a la idea del contrato moral individual médico-paciente, la dimensión social, la del contrato moral colectivo con la sociedad en orden a la protección de la salud de la población y la justicia sanitaria. En estos últimos 20 años de relativapax sanitaria en los países avanzados, esta tercera identidad se ha ido incorporando a la mentalidad de muchos profesionales. Sobre este sustrato de concienciación social, con la nueva crisis económica y crisis política de fondo que la sustenta, tus médicos -y otros profesionales sanitarios-deciden recurrir a su derecho de huelga. Aunque siguen atentos a sus legítimos intereses laboralessus reivindicaciones no provienen tanto de su identidad como trabajadores sino de la necesidad de defender un sistema sanitario público de calidad. A ver, Javier, los profesionales sanitarios son muy conscientes que el actual sistema ha planteado pocos incentivos para fomentar la eficiencia, que ha habido y hay mucha burocratización en las organizaciones, que la competencia entre proveedores ha sido muy escasa… y otras muchas cosas. Pero precisamente por eso os han elegido, para atajar esas limitaciones a través de una gestión eficiente de la sanidad pública, y no para hacer encargos de gestión a tus amigos o a los de tu partido y delegar funciones en entidades privadas con ánimo del lucroPara que te des cuenta de cómo son las cosas, fíjate que las supuestas prebendas laborales que presentaste con los pliegos no han servido para dividirles ni enfrentarles y no han desactivado el conflicto. No te has enterado, Javier, esta vez el objetivo fundamental no es el bolsillo...
La última  identidad de los profesionales sanitarios, la cuarta, integra la dimensión profesional comprometida no sólo con los pacientes individuales de su Servicio o de su Centro, sino con la sociedad en su conjunto, para convertirse en identidad ciudadana, vinculada a la defensa general de los derechos, las libertades, la justicia y la misma democracia. Se trata de una identidad con fuertes bases en la ética civil y con un perfil de compromiso político -¡que no partidista!-, en la onda de los movimientos sociales que se han generado en muchos países y a muchos niveles para hacer frente a esta crisis tan obscena y despiadada. De ahí el peso, en esta nueva huelga médica y quizás sanitaria, de las organizaciones profesionales, con el apoyo de otras muchas Mareas o movimientos de otros ámbitos...
Tu sorpresa, amigo Javier, no obstante, viene por el carácter ciudadano de la protesta. A tus ciudadanos no les gusta la ausencia de diálogo, las posiciones rígidas, la falta de transparencia, la puerta giratoria, el engaño político –tu Plan no estaba en tu programa electoral-, el conflicto de intereses no reconocido ni éticamente gestionado, … Han nacido en la democracia y no les sirve el “ordeno y mando” ni la consideración de disminuidos morales. Pues sí, Javier, quizás tengas razón, no les queda más remedio que ir “a las barricadas…”..
Piensa que una huelga es éticamente aceptable si defiende una causa justa, si ha agotado otros medios de resolución del conflicto, planteándose como último recurso y si como rezan los clásicos está declarada por la autoridad competente. En sentido estricto, en las sociedades occidentales formalmente democráticas, no es una cuestión de desobediencia civil. La huelga que te plantean tus profesionales es éticamente correcta y además responde a su identidad profesional, pues quiere no poner en riesgo la salud y la vida de las personas (al pactar unos servicios mínimos asistenciales que impidan riesgos significativos para las personas), defiende unos derechos laborales legítimos, promueve una sanidad equitativa y de calidad y exige la defensa y promoción de determinados derechos y libertades, en un marco democrático..
¿No te llama  la atención que la “huelga justa” deba cumplir los mismos requisitos que “la guerra justa”. ¿Será por eso que nos sitúas en “la barricada”? En fin, Javier…
Rosa, tu “Ángel de la Guardia” que te sigue apreciando a pesar del trabajo que le das.