Mandarinas, una película sencilla pero llena de "vitaminas" contra la guerra, el odio tribal y la intolerancia.
Cuando los enemigos anónimos llegan a conocerse les resulta muy difícil llegar a disparar.
Poner a las personas frente a frente, hacer que se reconozcan como humanas, hacerles ver lo que comparten más allá de lo que aparentemente les separa... eso es lo que consigue Ivo, un estonio que vive (y convive) lejos de su tierra de origen, pero afincado en su tierra vital.
Una excelente película para la reflexión y el aprendizaje. Otras formas de actuar son posible si nos comprometemos con ellas.
Habrá que verla. Gracias Bea
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