Hoy, en el día del libro, dos de nuestras compañeras del grupo han quedado finalistas en el concurso de microrrelatos de la SOMAMFYC (que por cierto ganó, muy emocionada, una médica).
¡¡ENHORABUENA!! para estas superdoctoras que no solo escuchan sino que además saben trasladar al papel las emociones de sus consultas y de la vida
Cármen Cámara y Lucía Martín...
¡¡qué peligro tenéis!!
NUESTRAS
COSAS (Lucía Martín)
Julián,
ya ha pasado todo. No ha servido de nada la noche en vela, los nervios, la
angustia, tanto llorar. Y eso que los chicos, que ni me conocen, y las vecinas no
me han dejado sola en ningún momento. Menos mal.
Ahora
todo está en silencio. No se escuchan sirenas, no hay gritos ni porrazos. Un
muchacho de pelo largo me ha traído una manta, pero no tengo frio. Tiemblo de
la rabia.
Se van
amontando las cosas de la casa en mitad de la calle. Fíjate, cincuenta años de
vida metidos en cajas y bolsas de supermercado. Nuestras cosas, Julián, en
medio de la calle. Busco con la mirada el cabecero de latón que nos regaló tu
padre y la colcha, Julián. La colcha bordada de nuestra boda.
De haber
vivido tú, no nos habrían echado, lo sé. Con los pies por delante. A ti nadie
te iba a echar de tu casa, ni la guardia civil, ni el Rey ni el Papa. Sólo saldrías
con los pies por delante. Pues ya ves, Julián, han ganado. Siempre ganan los
malos.
Me van a
llevar a otro sitio. También hay gente buena. Dicen que voy a estar mejor, que
voy a tener calefacción y ascensor...pero no será mi casa. Nuestra casa. Ya
solo quiero, Julián, que me lleven el cabecero. Y la colcha. La colcha bordada
de nuestra boda.
SIN PLACEBOS (Carmen Cámara)
Se cuela sigilosamente en mi cama. Como si fuera una lagartija.
Se acopla suavemente a mi cuerpo. Como si fuera
una lapa.
Y me abraza.
Me estruja.
Me huele.
Me acaricia…hasta que la vence el sueño.
Se desliza furtivamente en mi ducha. Como si fuera una
culebrilla.
Se sacude con fuerza el agua. Como si fuera un perrillo.
Y me enjabona.
Me frota.
Me aclara.
Me agarra el pecho
con fuerza.
Y lo exprime. Lo aplasta.
Buscando la leche
que le robaron. Que le quitaron.
Bruscamente.
Sin explicaciones.
Sin aclaraciones.
Sin demora.
Sin consuelo.
Sin placebo.
Es lo que tiene ser niño.
Hay que cuidarlos.
Por el mayor bien del menor.
Por el bien mayor del menor.
Por el menor y el mayor bien.
Aunque seas un niño acogido. Protegido. Amparado.
Y no sepas lo que
significan esas palabras.
Ni sepas por qué te apartaron de tu familia. Por qué te
robaron tu leche.
Sin explicaciones.
Sin aclaraciones.
Sin demora.
Sin consuelo.
Sin placebo.
En
España hay alrededor de 30.000 niños tutelados por la Administración.
De ellos, aproximadamente 14.000 están en centros de
menores.
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