Muchas más son las que siguen llorando en silencio, envueltas en miedo, ansiedad, culpabilidad e invisibilidad. Todas ellas merecen ser visibles. Y libres.
¿Podemos los profesionales sanitarios mostrar la disponibilidad suficiente para que estas mujeres puedan contar con nosotros?
Hoy, en un pequeño centro de salud, nos hemos puesto manos a la obra. Pocas personas se han acercado a nuestro panel, pocas han participado en la sesión de sensibilización, aunque algunas confesaban conocer a mujeres maltratadas. Parece que el problema no nos "toca" directamente, que es "cosa de otras". Pero la violencia de género nos afecta a todas, nos afecta a todos.
Un texto excelente para entenderla es el de Marie-France Hirigoyen: Mujeres maltratadas
Hay que seguir. Seguir reivindicando las relaciones de igualdad. Seguir promocionando modos no violentos de resolver los conflictos. Seguir apoyando, escuchando a las mujeres (sin juzgarlas, sin decidir por ellas).
Seguir ofreciendo recursos (¿no son cada vez más escasos, de más difícil acceso?)
Para adolescentes, cuyo riesgo está aumentando de forma alarmante, hay un recurso a tener muy en cuenta: Fundación ANAR: 900 20 20 10